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El período conocido como Época Moderna significó para Europa importantes cambios en su ordenamiento político. El fenómeno más destacado fue el surgimiento del Estado Moderno: un territorio con fronteras determinadas, un gobierno común y un sentimiento de identificación cultural y nacional de sus habitantes.

Los reyes fueron quienes iniciaron este proceso a lo largo de los siglos XIV y XV. Interesados en concentrar el poder en su persona, debieron negociar con los señores feudales, quienes cedieron sus derechos individuales sobre sus feudos, a cambio de una serie de privilegios. Los que no estuvieron dispuestos a transar, fueron sometidos a través de violentas guerras. Para éstas, los reyes contaron con el apoyo de los burgueses, a quienes les intersaba dejar de depender del señor feudal. De este modo, el concepto feudal de lealtad fue reemplazado por los de autoridad y obediencia, propios de un Estado con poder centralizado.

En el siglo XVII, el poder político de los monarcas se fortaleció hasta eliminar cualquier representatividad, dando lugar a las monarquías absolutas.

La monarquía constituyó un estado moderno sobre la base de una dirección fuerte, contando con los medios para sostenerla. Con esto, el rey consiguió la resignación de la sociedad, a cambio de un cierto orden y progreso.

La estructura social en la Edad Moderna estaba encabezada por la nobleza, que se había ubicado en las grandes ciudades, en lujosos palacios y mansiones. Le seguía en importancia la alta burguesía, enriquecida con el comercio y los negocios financieros.

El último peldaño en esta escala estaba compuesto por los campesinos, cuyas condiciones de vida eran miserables, por lo que recurrieron frecuentemente a las revueltas, creando un clima de inestabilidad social.

Dentro de los cambios sociales de ésta época la burguesía se había enriquecido y tenía gran influencia en el gobierno de las ciudades; deseosos de una mayor cultura, protegieron a los artistas y sabios.

El Renacimiento

Se conoce como Renacimiento al gran movimiento de renovación que se produjo en Europa durante los siglos XV y XVI. Este movimiento hizo que se replantearan muchas de las ideas que perduraron durante el mundo medieval. Se extendió la actitud crítica, la observación de la naturaleza, la experimentación científica y se alcanzaron notables avances técnicos, así como una extraordinaria expansión de las artes.

Italia fue el lugar donde surgió el proceso renacentista. Sin embargo, el Renacimiento se convirtió en un fenómeno europeo que potenció y difundió las grandes conquistas de la cultura clásica, como la forma de pensar, el idioma y el arte del mundo greco-romano.

Una de las características de este movimiento, fue el estudio de la Antigüedad Clásica, especialmente de los idiomas griego y latín. Entre los grandes humanistas destacan Erasmo de Rotterdam (1469-1536), que influyó en casi todos los pensadores y políticos de su época. Por otro lado, gracias a la invención de la imprenta, fue posible la difusión amplia y rápida de las nuevas ideas e inventos.

La Crisis Religiosa

Los vientos de modernidad no sólo trajeron cambios a nivel político y económico. La crisis que sufrió la Iglesia Católica en el siglo XVI fue uno de los acontecimientos relevantes del período, que posteriormente se llamó Reforma.

Este proceso dividió a la Iglesia entre católicos y protestantes. Las razones que explican la división del catolicismo son numerosas.

El Renacimiento es el renacimiento de la antigüedad clásica, el regreso a las tradiciones griegas y romanas. Las obras de la época grecorromana eran desconocidas hasta entonces y abrieron a los artistas nuevas fuentes de inspiración. Otro factor que se sumó a crear este caldo de cultivo para el Renacimiento, fue la invención de la imprenta, que permitió la difusión rápida y casi universal de sus ideas y conocimientos.

También se produjo un cambio en las ideas. En la Edad Media, los hombres habían pensado más en el cielo que en la Tierra. Sometidos a la doctrina de la Iglesia católica, habían aceptado el lugar que el nacimiento y la tradición les habían impuesto en la sociedad.

Pero en el Renacimiento se entregaron a los goces de este mundo, se apropiaron del derecho a expresar sus ideas personales sobre la vida y la verdad, y lucharon por el poder y la gloria. Surgió un fuerte individualismo y nació un nuevo concepto de la libertad.